El origen de mis cosas - Parte I: Madrid

El Origen de mis cosas – Parte I: Madrid

Mi viaje a Europa durante el verano boreal de 2009 respresentó un gran retorno a mis raíces. Un poco por casualidad y otro poco con intensión, tuve la oportunidad de vivir durante 2 meses en España y Hungría. Esto me permitió entrar en contacto directo con las fuentes mismas de la historia mundial reciente y lo que es mas importante aún, con las de mi familia. Y es que, por el lado paterno de mi ascendencia, pertenezco a España. Y por el lado materno, a Europa del Este. Si bien mis abuelos nacieron en la República Checa y no en Hungría, la primera fue una provincia de la segunda hasta la Primer Guerra Mundial, por lo que hay profundas conexiones entre ambos países y culturas.

MADRID
Al llegar a Madrid me invadió una inmediata sensación de haber encontrado la respuesta a muchas preguntas. Me imagino que esta sensación debe ser (valga la analogía) similar a la que un niño adotpado experiemtna cuando conoce a sus padres biológicos. Es esa noción que nos lleva a decir "ahhh... con razón, ahora entiendo!".
La primera impresión al llegar a Madrid fue la de estar en casa, o a lo sumo, no muy lejos de ella a pesar de haber recorrido 10,000 km y atravesado un océano entero.
Si bien la Madrid de estos tiempos ofrece un paisaje ecléctico de culturas, idiomas y etnias (fruto de la fuerte migración de la que fue destino hasta el año pasado), la ciudad mantiene un fuerte vínculo con Buenos Aires. O mejor sería decirlo al revés: es inevitable responsablizar un poco a Madrid por como es Buenos Aires. Después de todo, fue Argentina el destino de gran parte de la inmigración española, setenta años atrás.

Estando ya unos días en Madrid, llegué a la conclusión de que la pregunta ¿Por qué los argentinos somos como somos? debiera encontrar en España muchas respuestas. Es que yo no llevaba 24 hs en Madrid y ya entendía por ejemplo, por qué los argentinos hablamos casi a los gritos,como enojados. Lo mismo sucede al mirar hacia arriba en la ciudad, y reconocer la misma arquitectura, las mismas molduras de los balcones y el estilo “afrancesado” de sus edificios mas añosos. Y es que muchas cosas en común existen entre la madre y la hija. Y sin querer forzar comparaciones, podría enumerar el caos de tránsito, el ruido de las calles, los olores, los bares y restaurantes, la coquetería de las mujeres citadinas, la corrupción, la falta de seriedad de la clase política y dirigente, las dictaduras... etc.

La misma piedra...

Y sí, porque a pesar de que los argentinos (por esas circunstancias irónicas de la historia) tendemos a idealizar a España, basta con mirar televisión u hojear los matutinos para darnos cuenta de que la manzana no cae muy lejos del árbol. Es que, por ejemplo, España todavía discute si el franquismo fue o no una dictadura o si la guerra civil fue una guerra o una solución.
También es posible visitar el Valle de los Caídos, aquel homenaje momumental a “los muertos en la guerra civil”, sin encontrar una sóla mención a los republicanos caídos en esa misma circunstancia. Ni que hablar de los perseguidos y fusilados una vez que los Nacionales se hicieron con el poder.
En este sentido, impacta enormemente ver que en la tumba de José Primo de Ribera (líder de Falange Española) se encuentren frescas y perfumadas, flores en su ofrenda.

Supongo que contrariamente a lo que se cree en Argentina (cual hijo que idealiza a su padre), en España sí hay corrupcion. Por citar el mas reciente, el Casos Gürtel, donde se involucran a diputados y funcionarios en casos de soborno, sobreprecios y acomodos de privilegio. Suena familiar no?.
Y aunque creamos que sólo a los argentinos nos pasa, también hay descrédito de la clase política española: sólo el 30% de los españoles concurrió a las urnas en las últimas elecciones para el Parlamento Europeo (proporción no muy distinta de aquella que participó de las elecciones municipales en Marzo de 2009). Esto puede explicarse, en parte, gracias al papel casi farandulezco que han jugado los dos partidos políticos mas importantes en España (el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular). Escuchar un debate público entre los representantes de ambos bandos era como estar viendo la Guerra de Vedettes del año pasado en Mar del Plata. Para el lector adormecido que cree haberse confundido con un artículo de actualidad argentina, no. Sigo hablando de España.

Y si algun “sudaka” todavía piensa que España es la Isla de la Fantasía, y que el Sr. Roarke y Tatoo nos esperan en la esclinata del avión, para recibirnos con un collar de flores a nuestro arribo, lamentablemente, debo romper su burbuja. España también discrimina. Y no hablo sólo de discriminación hacia los inmigrantes (a lo que me referiré en este apartado) sino de algo mucho mas concreto y cotidiano: el olvido casi total que la urbanización madrileña comete sobre las personas con movilidad reducida. En mi caso particular, tal reducción se debía a un feliz acontecimiento: es que viajaba con mi hijo de 6 meses al cual transportaba en su coche de paseo. Menuda dificultad descubrí al utilizar el transporte público!. Es que es IMPOSIBLE realizar trayecto en el Metro sin tener que, en alguno de sus tramos, solicitar ayuda para elevar el cochecito por sus empinadas y monárquicas escaleras. Lo mismo sucede en el Museo del Prado, en el Reina Sofía, en los restaurantes, en los edificios de departamentos, en el aeropuerto, etc.
Me pregunto como se sentira un cuidadado que deba trasladarse por la ciudad en silla de ruedas...Madrid tiene una gran deuda con las personas discapacitadas, lo cual sorprende a aquellos que imaginábamos a esta ciudad como una de las mas modernas de Europa.

Otra circunstancia llamativamente común con Buenos Aires es la alta inciencia de tabaquistas que se encuentra en Madrid. Es mas raro encontrar a una persona que no fume, que a una que si lo haga. A pesar de los esfuerzos realizados por el gobierno, la venta de tabaco creció un 2% en 2009. Pero aún así, uno se imaginaría que los no fumadores se encuentran protegidos por alguna ley ante el invasivo humo producido por los tabaquistas....Pues no: de acuerdo a la Comisión Nacional de Prevención del Tabaco, la ley vigente en España es la menos eficiente (en términos de reducción del hábito) de las 11 vigentes en Europa. Es por ello que el 60% de los locales gastronómicos de Madrid no cuenta con separación física para fumadores y no fumadores. O también, que a pesar de su expresa prohibición, en el 30% de los lugares de trabajo se fuma.


Pero por supuesto, Madrid es una ciudad maravillosa. Lo mas sobresaliente para mí es la tónica que la Monarquía (elemento desconocido para la realidad argentina) imprime en la ciudad y sus alrededores. Es este quizás, el rasgo mas disonante entre Madrid y Bueno Aires. Es imposible deambular por la ciudad sin recalar en los Palacios, jardines, Iglesias o ciudades dentro de ciudades que fueron construidas para hacernos saber quien era Carlos V o Felipe II. Hoy los madrileños puede tirarse en el tierno pasto del Parque del Retiro, donde hace 200 años, los Reyes disfrutaban sus bucólicos fines de semana.
O bien, pueden pasearse por los pasillos del Real Hospital de Madrid, convertido hoy en el Museo Reina Sofía, y disfrutar de un Dalí, un Miró o un Picasso. También pueden admirarse (previo pago voluntario de 1 euro) los hermosos vitreaux de la Catedral de Almudena o las aguas danzantes de La Granja.

Creo que ahora se entiende por qué tanta bataola con los Reyes e Infantes, que si se casan o se separan y tal. Es que son parte de la vida de los españoles desde que España existe. Pero claro, para nosotros, la realeza siempre fue algo lejano y símbolo de opresión.... o por lo menos así empezó todo, no?....

Próxima nota: Budapest.