lunes, 24 de agosto de 2009

La pobreza en general (Sandra Russo)

Desde Enfermería América
Atte. Alejandra Zarza
La pobreza en general

Por Sandra Russo

La pobreza es, además de lo que significa, una palabra. Y las palabras, como se sabe, significan muchas veces cosas distintas cada vez que son usadas. Pero puede decirse que "pobreza" es una palabra consensuada. Generalizada. La palabra "pobreza" nombra a un mismo tiempo, por ejemplo, a aquellos pobres que serán los dueños del reino de los cielos, en el entender cristiano, y a una categoría estadística sobre la que hay dudas, como de todas las categorías estadísticas, los números por añadidura y hasta la altura de las calles. Pero no importa. Valen un par de apuntes sobre el tema.

Si la pobreza se descompusiera en algunas de sus partes, si el foco se acercara, si el significado fuera más preciso y en ese caso expusiera otras caras y nombres de lo mismo, el consenso que hoy esgrimen apocalípticos e integrados sobre el tema comenzaría a mermar. Los mismos sectores que ahora cacarean la palabra "pobreza" son los que invisibilizan la gestión de Macri, sin ir más lejos, sin mandar un móvil al interior, para que la ciudad esté siendo en este mismo momento un nuevo botín exclusivo. De lo exclusivo es precisamente de lo que se excluye a la mayoría. Lo exclusivo, lo vip, genera pobreza por definición de intereses y lógica de funcionamiento. En el acto de la AMIA, Sergio Burstein criticó duramente el nombramiento del Fino Palacios, y también, más brevemente, criticó a Lubertino y a D'Elía. En Telenoche, en los zócalos, sólo se mencionaron las críticas a Lubertino y a D'Elía. La que acunan, desdibujándola, sustrayéndola de la agenda pública, los mismos medios y periodistas que se escandalizan por estos días. No es lo mismo clamar por medidas contra "la pobreza" que opinar sobre los incidentes en la villa 31. Según un informe reciente de la ONG Capítulo Infancia, relevados veintidós diarios argentinos, en el 65 por ciento de las noticias vinculadas con chicos pobres incluían palabras peyorativas y despectivas. En la página de política, la pobreza escandaliza. En la de policiales, se la estigmatiza. Si seguimos descomponiendo la palabra pobreza pueden aparecer por ejemplo los piqueteros. ¿Cuántas cosas más contiene la palabra pobreza? Madres adolescentes, por ejemplo, o adictos al paco, o pibes con gorra. El otro día pasaron un informe por la televisión sobre "los pibes con gorra". Según afirmaban, los pibes chorros usan gorra de hip hoperos. El informe en sí mismo era un manual de discriminación y estigmatización. En el mismo canal, un rato más tarde, hablaban de "la pobreza". De lo necesario que es ocuparse de "la pobreza". En general.

Los curas villeros, por su parte, a quienes sí hay que admitirles autoridad y buena fe en lo que respecta a su preocupación por la pobreza, emitieron la semana pasada un comunicado en el que también afirman que la situación social ha empeorado, y llaman a acciones urgentes que mitiguen hoy la pobreza de quienes hoy son pobres. Porque ésa es otra cosa que tiene "la pobreza" en general. Hay siempre. De modo que uno puede ocuparse de ella hoy, o el año que viene o algún día, y parecerá lo mismo. No será lo mismo, naturalmente, ya que "la pobreza" no significa nada si no encarna en quienes en este mismo instante tienen hambre.

Se hacen marchas todos los años. Las Marchas de los Chicos del Pueblo, que coordinan la CTA y algunas organizaciones sociales que desde hace muchos años vienen trabajando no con "la pobreza" sino con pibes pobres reales, con nombre y apellido, a los que han dado calor, comida, educación. Les han dado el sentido de la vida, sólo posible de transmitirse a través del afecto. Hace un año que jóvenes educadores de esas organizaciones, entre ellas Pelota de Trapo y el Hogar Juan XXIII, vienen sufriendo extraños y aberrantes secuestros express. En la mayoría de los casos se trata de chicos que crecieron en esos hogares y que hoy educan a los más chicos. Gente de civil los ha subido a autos, los ha retenido durante cuatro o cinco horas, les han recriminado la consigna de las marchas ("El hambre es un crimen"), y luego los han largado a todos en diversos estados de confusión.

Las causas no prosperan y no hay indicios sobre quiénes están detrás de esto, que es monstruoso. Chicos muy jóvenes, que han sido bendecidos con una oportunidad que les ha cambiado el destino, que los ha hecho mejores, son raptados misteriosamente, son intimidados, y lo único que se repite en todos los casos es que paren con la consigna ("El hambre es un crimen").

El universo de esos chicos pobres que se merecen un ingreso por el solo hecho de estar vivos contiene a esos hombres y mujeres pobres reales, no los sugeridos por la abstracción consensuada de "la pobreza". Los piqueteros, los cabezas, los grasitas, los que ocupan casas o terrenos, los desalojados, los limpiavidrios, los pibes con gorra: si el tema de "la pobreza" gira apenas un poco, nos encontramos con el mismo mundo que es temido, repelido y marcado de rojo cuando se habla de la inseguridad.

Sinceramente, no creo que a nadie le importe en serio la pobreza si no es capaz de empatizar lo suficientemente con los pobres reales como para desear que la política los privilegie siempre. Por sobre los demás sectores. Que las principales políticas de Estado deben estarles dedicadas. Más allá y más acá de los exasperantes problemas con los números que tiene este gobierno, la exclusión, qué duda cabe, nunca dejó de existir. La franja de pobres de la que habla la Iglesia, esta vez, es perfectamente visible. Es la que está justo por debajo de la clase trabajadora. El kirchnerismo no logró, ni intentó, entrar de lleno al rescate de los que ni pueden soñar con un trabajo estable y en blanco.

Pero no agitemos de más este cóctel de Biolcati preguntándose en voz alta en la tribuna cómo es que hay gente que revuelve la basura para comer. Después de todo, fue una muy buena pregunta no sólo para quien la formula con el cinismo trabándole la dicción. Fue una muy buena pregunta en serio. Habría que tomarla y seguir para adelante.

sábado, 15 de agosto de 2009

Europa Parte II: Hungría, el país de las moralejas

Estoy segura de que todos los países tienen una moraleja en su historia. Buena o mala, todos tenemos alguna lección aprendida de nuestro pasado para ofrecer a la humanidad.

Pero se me ocurren pocos países que tengan tanto para enseñarle al resto del mundo como Hungría. No sólo porque su origen como nación se remonta al siglo IX d.c, sino porque además ha sido protagonista de lo que podría llamarse un compendio de historia y sociología del último siglo. Y es que este país ha padecido en los últimos 100 años las contradicciones y atropellos mas llamativos y repudiables que el hombre pueda comenter.

Es por ello que he decidido llamarla "Hungría, el país de las moralejas".

...Pero primero, una breve reseña sobre este apasionante país.

Magyarország, la tierra de las estatuas que dan miedo


Hungría nació bajo el reinado de Arpad (Jefe de una de las 7 Tribus de los Magyares) entre los años 895 y 907 d.c., lo que la convierte en una de las naciones mas antiguas de Europa. Con el pasar de los siglos, se consolidó como un imperio temible, potente y culturalmente dominante en Europa (inclusive llegó a controlar mas extensiones territoriales que lo que hoy se conoce como Francia y Alemania).

En el año 1000, bajo el firme reinado de Esteban (descendiente de Arpád), se instaura el Reino Católico y Apostólico de Hungría y se fuerza a la conversión de su pueblo, el cual en gran parte aún mantenía ritos paganos. Es entonces cuando se construyen los imponentes monasterios, iglesias y catedrales, los cuáles permanecen en pie hasta el día de hoy. Cuenta la leyenda que el temible Esteban, ordenó descuartizar a un pagano y trasladar cada uno de sus miembros a los cuatro extremos de Hungría, para “convencer” a aquellos que se resistieran a adoptar el culto católico.

Comienza aquí la etapa de mayor desarrollo del Imperio Húngaro, aún a pesar de los diversos intentos de dominación externa (el ataque de los mongoles, la invasión turca, la dominación austríaca y germana, etc).

El Imperio Húngaro, tal como se lo conocía, encontró su final después de la 1ra. Guerra Mundial y el Tratado de Versailles.

En la Plaza de los Héroes (Hősök tere) se pueden ver las estatuas que hacen honor a los Líderes de las Siete Tribus que fundaron Hungría, y la verdad es que sus caras intimidan. Tienen pinta de tipos bravos y temerarios, que no bacilarían en responder heroicamente ante el ataque o la amenaza de su pueblo. Los magyares eran verdaderos líderes por naturaleza, que comandaban los designios de su pueblo sin dudar ni mirar atrás. Y por ello tienen las estatuas que se merecen. Estas nada tienen que ver con nuestras románticas y pueriles estatuas que retratan a un San Martín con cara de buen tipo, o tratando de embravecer a un Belgrano intelectualoide y afeminado. Los monumentos en Budapest parecen ser una clara señal de que personalidad nacional.

Lección N° 1: Fuimos todos

Visitar Europa es, indefectiblemente, toparse con lo peor y lo mejor de la humanidad. Por un lado podemos apreciar la magnífica tendencia creativa y estética a través de innumerables obras de arte, creaciones arquitectónicas, literarias, etc. Pero por el otro, debemos dar nuestras narices contra el horror, la muerte y la irracionalidad humana.

Hungría, que hasta las primeras décadas del siglo XX se caraterizaba por haber logrado una pacífica y fructífera convivenica entre húngaros católicos, judíos y gitanos (entre otras etnias y religiones), nos muestra un poco de esta oscilación bipolar entre genialidad y barbarie. Los húngaros fueron uno de los primeros pueblos que a principios del siglo XX se sumara a la “ola” antisemita, aprobando leyes anti-judíos, lascuales limitaban sus derechos civiles, sus libertades de culto y su capacidad de desarrollo económico. Iba a ser este el primero de muchos pasos hacia la mayor tragedia de la historia moderna.


El Museo del Holocausto en Budapest es tal vez, el lugar mas impactante y vergonzante que pueda visitarse en esa ciudad. En él se puede recorrer y conocer la progresiva persecución (y luego exterminio masivo) de Judíos en Hungría. Una terrible estadística nos despabila del asombro: la mayor y mas eficaz deportación de judíos desde una ciudad Europea al campo de exterminio en Auschwitz-Birkenau, tuvo orígen en Budapest, desde donde 430,000 judíos fueron trasladados en tiempo récord.

Durante los meses del verano de 1944, luego de consolidada la ocupación alemana en Hungría, los crematorios y cámaras de gas en Auschwitz registraron un pico máximo de actividad, coincidentemente con la llegada de los Húngaros. Uno de cada tres (o sea aproximadamente el 30%) de los muertos allí, era de orígen húngaro. El 74% de la población judía en Hungría no sobrevivió al Holocausto.

Pero cómo es posible que 400,000 personas desaparezcan de un país de no mas de 10 millones de habitantes, sin que a nadie le llame la atención?. Acaso nadie se percató de tal ausencia. Es que a nadie se le ocurrió preguntar que era lo que estaba pasando?. Y la respuesta esta incluida en la misma pregunta: No. No es posible no se supiera.

La participación (pasiva o activa) que tuvo la ciudadanía en la segregación, persecución y deportación de judíos en Hungría fue un elemento indispensable para que tal tragedia fuese posible.

Y esto no pretende ser una acusación hipócrita y moralista sobre el pueblo húngaro, sino una reflexión que pretende encontrar una explicación a semejante barbarie.

Una mirada venébola trataría de justificar tal situación alegando que es el instinto de supervivencia que surge en el hombre ante una situación de extremo peligro lo que lleva al silencio y a la complicidad. Podríamos entonces argüir que, ante la brutalidad y ferocidad del régimen nazi en Hungría, la gente que “nada tenía que ver” con los judíos (si es que existe tal condición), hacía oídos sordos y ojos ciegos ante la evidente realidad, como forma de preservarse y preservar a los suyos.

Pero sigo caminando por los pasillos del museo y veo imágenes de archivo que muestran a las masas aclamando al Fürer mientras hace su entrada triunfal en Budapest. Y es entonces cuando concluyo que no puede haber sido sólo una cuestión de supervivencia. Uno puede omitir para sobrevivir, pero no aclamar.

Y tal vez sea obvio decirlo pero no por eso menos llamativo: fueron MUCHAS la personas que apoyaron el régimen nazi. Y son y serán muchas las personas que estén a favor de la xenofobia, el racismo y la muerte. Pero son mas aún, aquellos que con su silencio o falta de compromiso, lo permiten.

Entonces aprendo la primera lección: Fuimos todos. Esta es una frase que intenta resumir la responsabilidad de la humanidad entera ante todas las tragedias pasadas y futuras. Lo que me enseña el holocausto húngaro es que el ser humano es capaz de las peores locuras, pero mas daño produce aún con su indiferencia y la aceptación de estas como “necesarias” o “inevitables”.

No creo que sea suficiente con construir escalofriantes museos para recordar y evitar que estas cosas vuelvan a suceder. Tampoco creo que alcance con los Juicios de Nüremberg a los capos de las SS ni el tiro del final de Adolf. Ninguno de ellos hubiera llegado hasta donde llegaron si no hubiese actuado la indiferencia y la intolerancia humana. Y cómo se juzga eso?

Lección N° 2: Se puede engañar a pocos mucho tiempo pero...

Después de la 2da. Guerra Mundial y el ocaso del imperio Nazi (en su versión local, el partido de la Cruz Flechada), sobrevino en Hungría la ocupación soviética que duraría casi 50 años. Este fue resultado de la “repartija” que acordaron Roosevelt, Churchill y Stalin y que dividió al mundo en dos. Casi por azar, millones de personas quedaron atrapadas en el lado equivocado del muro.

Hungría quedó del lado Este, junto con el resto de los países que luego integraron el bloque comunista (Polonia, Checoslovaquia, Rumania, Bulgaria, etc). Es difícil pensar que lo que luego fue una de las batallas políticas e ideológicas mas trascendentales de los últimos tiempos (la guerra fría) haya nacido como un acuerdo entre aliados.

Entonces Hungría pasó de formar parte de un régimen totalitario a otro, sin escalas y sin proponérselo, cómo barquito de papel comandado por la corriente post-bélica. Abandonados por la dictadura de la raza aria, fueron “rescatados” por la dictadura del proletariado, la cuál muy rápidamente se transformó en la dictadura de los burócratas.

Todos, mas o menos, nos imaginamos cómo es vivir bajo el régimen soviético. Y sin dejarme llevar por los intentos de manipulación occidental anticomunista, (ahora puedo reinterpretar series como Super Agente 86, películas como Rocky y Juegos de Guerra, la Alianza para el Progreso, el Mcarthismo, etc.), lo que se puede concluir al recorrer Budapest es que el comunismo detrás de la cortina de hierro fue otra forma de opresión, obviamente ( aunque muchas otras formas de opresión tuvieron y tienen lugar también de este lado de la cortina).

En el caos húngaro, daría la impresión de que el comunismo fue como tratar de meter un cuadrado en un círculo. Tal cosa sólo puede lograrse mediante le uso de la fuerza: limando sus lados, cortando alguna de sus aristas y pegando fuerte con (la hoz) y el martillo.

Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que la sociedad húngara de la época era (y todavía es) mayoritariamente católica, burguesa había formado parte de uno de los imperios mas grandes de Europa. Lo último que podría asimilar una sociedad de esas características sería un régimen de expropiación de la tierra, erradicación del capital privado y limitación de las libertades civiles. Tan fuera de lugar estaba el régimen comunista en Hungría, como lo están edificios de viviendas populares (cuadrados, feos y sin estilo) que se recortan detrás del castillo de Buda.

El comunismo en Hungría fue tan fuertemente rechazado por su pueblo que dio lugar al primer intento de derrocamiento del gobierno rojo en toda Europa del Este (y que serviría de arenga para la caída del muro 43 años después). La (contra) revolución de 1956 comenzó como una revuelta estudiantil y culminó con el derrocamiento del gobierno comunista y mas de 2500 muertos. Ni lerdas ni perezosas, las tropas rusas recuperaron la ciudad unos días después y sepultaron lo sucedido en lo mas profundo de la memora del pueblo por mas de 30 años.


Aunque el resultado no haya sido el esperado, este hecho nos enseña que, tal como dice el refrán, se puede engañar a mucha gente poco tiempo o a poca gente mucho tiempo. El hecho de que el comunismo haya durado mas de 50 años no quiere decir que los pueblos hayan vivido engañados, sino oprimidos. El sueño de vivir en un mundo de iguales se transformó en una pesadilla de persecusión y represión tan macabra como la que decían venir a reemplazar.Durante mi estadía en Hungría, prendía la televisión sólo para huír un poco del silencio de mis pensamientos. Cómo no teníamos cable, sólo podía sintonizar la señal estatal, que durantes las mañanas repetía diversos programas al mejor estilo Canal Volver. Mi preferido era la novela “Vecinos” (Szomszédok), aunque obviamente no entendía nada de lo que decían los actores). Se trataba de una novela costumbrista muy exitosa en Hungría y que se mantuvo en el aire por mas de años. Me resultó muy cuiroso ver como, con el pasar de los capítulos, se podía ir viendo la transición de un régimen a otro. De a poco se podían ver escensas de personajes tomando una gaseosa debajo de una enorme sombrilla de COCA COLA, o inscripciones en la ropa de los actores del estilo “I ♥ New York”.

Finalmente, el Muro de Berlín cayó en 1991 y todo volvió a la “normalidad”. El tan resistido régimen comunista húngaro pasó a ser un mal recuerdo (y mala palabra) para su pueblo.
La pregunta es por qué me da la impresión de que fue mas resistido (y combatido) el comunismo que el nazismo?. Acaso el ser humano es mas efervescente ante la puesta en peligro de su propiedad privada que los derechos humanos universales?. O será que fuimos víctimas de la pantomima llamada “Guerra Fría” orquestada por los mismos que antes se repartieron los pedazos de Europa cual aves de carroña?.

Lección N° 3: Todo vuelve...

Que puede interpretarse de la trillada frase “memoria para no repetir el pasado”?. Será verdad?. Será eficaz?. Por el contrario, que buscan exactamente aquellos que creen necesario “mirar para adelante sin remover el pasado”?. Cualquiera sea la respuesta, son muchos los casos que demuestran que ninguna de las dos estrategias ha sido válida para erradicar aquellos males que nos avergüenzan y denigran a los seres humanos. Claro ejemplo de ello es el Jobbik Magyarországért Mozgalom (Movimiento para una Hungría Mejor).

Dicho partido político, en su carta fundacional se define como “...un partido nacionalista cristiano que utiliza métodos radicales para representar a la totalidad de la nación”. Entre las propuestas centrales del partido constituido oficialmente en 2007 se propone “...detener la inmigración masiva de grupos étnicos que no son adecuados para la asimilación social...” (el destacado es mío), “...la instrucción compulsiva de religión y ética en escuelas primarias y secundarias” y “...formar una Unidad Especial dentro del cuerpo de Policía para prevenir el delito roma (gitano).” (Nuevamente, el destacado es mío).

Sin palabras.

La comunidad Roma constituye una nación sin estado ni territorio cuyos orígenes se remontan a la India medieval. En Hungría representan aproximadamente el 7% de la población total del país. Aligual que en el resto de los países de Europa en los que habitan, los Roma (que no dejan de ser Húngaros) se encuentran confinados a vivir en pseudo ghettos, habitando los barrios marginales de las ciudades, viviendo en condiciones precarias y siendo el blanco predilecto de ataques racistas por parte de grupos radicales e incluso de las fuerzas de seguridad. Según estadísticas no oficiales, el 75% de los Roma europeos, vive en situación de pobreza. Sólo una mínima porción de los niños Roma terminan el colegio secundario.

Era un día de 37 C°, por lo que me dispuse a disipar las altas temperaturas en la pileta pública que se encontraba a unas cuadras de nuestra residencia temporal. Sinceramente, la pileta fue una de las cosas que mas disfruté durante nuestra estadía. Todos podían ingresar al predio (previo pago de 0,50 centavos de dólar por día) y disfrutar de sus instalaciones sin límite. Había dos piscinas, una para bebés (donde mi hijo hizo sus primeros pasos acuáticos) y una gigante para los adultos.

Ese día, me llamó la atención la presencia de un grupo de chicos que no había visto antes. Podía darme cuenta (gracias a mi rudimentario y casi nulo conocimiento de la fonética húngara) de que no hablaban magyarul (húngaro). Ambién notéque el color de su piel no era el blancuzco y traslúdico que presenta la mayoría de la población. Y enseguida fui presa del estigma gitano. Acaso el reflejo discriminatorio y prejuicioso es innato en el ser humano?. Yo no me considero una persona xenófoba ni mucho menos, pero aún así frecuentemente me encuentro en la necesidad de rectificar mis pensamientos hacia el otro (sobre todo cuando ese otro “aparenta” pertenecer a una minoría, y peor aún si esa minoría ha sido estimatizada). Quién nos enseña a ser así?

Fue la tarde de pileta mas divertida de todas. Cómo no había sucedido antes, el grupete se acercó a hablar conmigo (supongo que movidos por la curiosidad de ver a alguien “distinto”, aunque seguramente no habrán tenido ese rapto de discriminación que yo sí tuve). Nos pasamos la tarde charlando. Ellos hablando en húngaro y yo en inglés....tratando de encontrar algo en común. Por supuesto, Maradona no falla...

El Partido Jobbik obtuvo el 14% de los votos en las últimas elecciones para Parlamento Europeo (Junio 2009) y se posicionó como la tercer fuerza política en Hungría. La primera es el partido derechista Fidesz, el segundo es el Partido Socialista Húngaro. Parece una calesita, no?

Agosto. De vuelta en Argentina. Noticiero de Canal América. Nota sobre los “Pibes Gorra”. La nota discursaba acerca del “aspecto” y forma de vestir que caracteriza a cierta minoría adolescente, la cual se asocia con mayor frecuencia de todo tipo de delitos y crímenes sociales (SIC).

Cuál es el partido Jobbik argentino?

Próximo artículo: Praha. Nada quedó de mis raíces....

Cinismo en Mosconi

Fuente: Argenpress

Hace apenas unos días nos referíamos a la muerte de Bartolomé, el hijo del cacique Lucio Juan, que tenía dos años, pesaba diez kilos y murió por desnutrición. Decíamos entonces que los pibes de la comunidad wichí se nos siguen muriendo como si nada fuera. Esas muertes que el olvido naturaliza suceden lejos de cualquier escándalo mediático.

General Mosconi, al norte de la provincia de Salta, es una de las dos reservas de gas y petróleo más grandes del país. La cuenca del noroeste, donde está Mosconi, tiene reservas comprobadas por 29.949.000 metros cuadrados de petróleo y 161.748.000.000 metros cúbicos de gas, abasteciendo a diferentes provincias, así como también a países vecinos como Chile y Brasil.

Por el mismísimo terreno donde se enriquecen las empresas multinacionales, el hambre pasa acribillando a nuestros pibes.

Eduardo Paliza, uno de los líderes de las diez comunidades originarias de Mosconi que vinieron hasta Buenos Aires para denunciar la situación que atraviesan los integrantes de las etnias del noroeste argentino describe una situación que duele y avergüenza: "El municipio y la provincia ya no abastecen nuestros comedores ni otorgan los subsidios en tiempo y forma. La vida de nuestros hijos no se negocia, hacemos responsables a las autoridades por cualquier otra muerte evitable que ocurra entre nuestros hermanos".

Ellos están cansados de morir en silencio en la brutal continuidad de 500 años de desprecio y exterminio. Eduardo Paliza lleva la bronca de esos 500 años en cada una de sus palabras: "No vamos a permitir que se nos muera un solo chico más de hambre, porque si esto ocurre, vamos a volar el gasoducto que pasa debajo de nuestras tierras y que se lleva las riquezas de nuestro subsuelo a razón de 30 millones de metros cúbicos de gas por día".

Es la apología de la obscenidad en su máxima expresión, la agonía de un pueblo construida sobre un territorio que produce ganancias millonarias.

Y como si fuera poco con la indiferencia,

como si no alcanzara con condenarlos a la muerte temprana por causas evitables,

como si no bastara la impotencia de verlos violar su territorio y excavar hasta llevarse la última gota de sangre de la tierra,

como si todo el desprecio no fuera suficiente;

por las dudas, también hay un lugar para la degradación de las comunidades...

El intendente de General Mosconi, Isidro Ruarte, los acusa de "vagos":

"El problema no es el hambre. Es mentira que estos aborígenes estén desnutridos, lo que pasa es que la gran mayoría no quiere trabajar porque son vagos y tienen problemas con el alcohol. Si usted les da mercadería, ellos la venden para comprarse vino en vez de dársela a la familia... Como si fueran pocos, cada vez son más, tienen muchos hijos que no pueden mantener, las chicas a los 12 años ya quedan embarazadas porque no se cuidan".

El intendente de Mosconi niega y acusa haciendo culto de un cinismo que indigna.

Un cinismo que tiene innumerables referencias en la historia de nuestro país y que se ha utilizado desde siempre para justificar todas las políticas de exterminio.

Cada sentencia del intendente es un insulto a la verdad.

La negación como toda acción política.

El intendente niega el hambre, la desocupación, el desabastecimiento de los comedores... Niega la muerte.

¿Cómo esperar que semejante personaje haga algo para que no perdamos más pibitos como Bartolomé ante semejante muestra de desprecio?

¿Cómo no entender a quienes amenazan con volar un gasoducto para que los escuchen?

¿Cómo no maldecir? ¿Cómo no apretar el puño? ¿Cómo espantar tanta tristeza?


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Cecilia Santos Popper
Enfermera Universitaria
Colonia Santa Rosa - Salta


CUARENTENA SI O NO?

Hace ya varias semanas que tengo opiniones encontradas sobre la verdadera efectividad de las medidas de aislamiento que la ma...